Por: DPA
La decisión unánime de los senadores chilenos de elevar sus gastos en miles de dólares, en medio de la ola de protestas sociales en el país, generó opiniones enfrentadas entre los políticos.
"Están aprobados dos millones de pesos (4.500 dólares mensuales) por senador a contar a partir del 1 de mayo", dijo el presidente del Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, el opositor Sergio Páez.
La medida, que elevará a 32.000 dólares mensuales los recursos que perciben los senadores en renta y asignaciones operacionales, fue de inmediato criticada por la Cámara Baja, presidida por el oficialismo.
"No corresponde y tiene muy mala presentación", fustigó el presidente de los diputados, Nicolás Monckeberg, miembro de Renovación Nacional, el partido del presidente Sebastián Piñera.
Por su parte, el diputado opositor Fidel Espinoza lamentó que la medida comience a regir "el 1 de mayo, justo el Día Internacional del Trabajo, cuando miles de chilenos se sacan la mugre (trabajando) día a día con sueldos irrisorios. Esto es tan burlesco que lo único que hace es desprestigiar el Parlamento".
El ex presidente del Senado Guido Girardi, gestor de la iniciativa en su mandato, defendió la medida argumentando que los terrenos de los senadores son "extensísimos", lo que encarece su trabajo.
"Si se quiere que el Senado tenga una buena gestión, los senadores tienen que tener recursos mínimos para poder funcionar. Fue una decisión unánime", insistió el líder del opositor Partido por la Democracia, ligado a la socialdemocracia.
El actual timonel del Senado, el socialista Camilo Escalona, el político más cercano a la ex presidenta Michelle Bachelet, agregó que los fondos irán a solventar gastos operativos y no a incrementar los honorarios de los honorables.
En el pasado, sin embargo, varios parlamentarios fueron sorprendidos contratando a familiares y amigos, además de arrendando sus propias casas.
La decisión, que instaló la expresión #senadoresladrones como trending topic en Twitter, ocurre de cara a los comicios legislativos de 2013 que renuevan toda la Cámara Baja y la mitad del Senado.
Las últimas encuestas en el país, coinciden en un amplio desprestigio de la clase política, con apoyos bajo 20 por ciento a oficialismo y oposición.
La falta de apoyo a los partidos, que coincide con un respaldo de sólo 29 por ciento al presidente, está provocando una crisis de representantividad para analistas de distinto signo.
Desde 2011 a la fecha de hecho, hubo más de 6.000 protestas por derechos sociales, ambientales y civiles, según cifras del propio gobierno.
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